El ejecutivo Morgan Sullivan es un tipo de vida comun y corriente, casado a duras penas y sumergido en la rutina impuesta por la vida moderna. Para escapar de su monotonia, acepta un empleo ofrecido por la empresa Digicorp, nada menos que como espia industrial, por el cual debe asistir con falsas identidades a tediosas conferencias en las que debe recabar toda la información disponible sobre los mecanismos y proyectos de distintas corporaciones. Al asistir a una de estas reuniones, una misteriosa mujer de nombre Rita llama su atención; busca acercarse a ella pero no lo logra. Sin embargo, sorpresivamente, Rita le advierte de un inminente peligro y lo envuelve en una intriga del más alto nivel del cual sólo el misterioso personaje de nombre Sebastian Rooks puede ayudarlo, aunque para ello debe descubrir su más grande secreto.
El realizador canadiense Vincenzo Natali se reveló en el Festival de Sitges de 1999 ganando el primer premio a la mejor pelicula por "Cube", una muy buena cinta de ciencia ficción sobre una misteriosa prisión que recluye a un grupo de personas, las cuales son sometidas a una serie de trampas mortales mientras buscan cómo escapar de allí. La economia de recursos permitió demostrar la capacidad imaginativa de Natali al contarnos una historia que se llevó a cabo en un solo escenario al cual cambiaban constantemente la iluminación para crear el efecto de llevarse a cabo un recorrido por distintos compartimentos o habitaciones, a ello se sumaba un eficiente trabajo con los actores protagonistas quienes desarrollaban un convincente guión, el cual deparaba mas de una ingeniosa sorpresa, con un final nada complaciente. Visto el resultado de esta cinta se auguraba el inicio de una carrera muy prometedora para su director, lo cual a niveles artisticos se confirmó con éste su segundo largometraje. Pero desgraciadamente el apoyo a sus proyectos ha sido muy limitado, por lo que aún estamos a la espera de una obra de mayor envergadura. Mientras tanto, las tres peliculas que Natali ya tiene estrenadas a la fecha (la tercera es "Nothing", sin contar la realización de un documental sobre el director Terry Gilliam) han resultado bastante satisfactorias, lo cual es por ahora su gran aporte al mundo del cine.
"Cypher" nos cuenta una compleja historia, muy al estilo de las fantasias del escritor Phillip K.Dick, aunque en realidad se trate de un guión original de Brian King, escritor de poca trayectoria, que aqui logra un muy interesante relato. El protagonista Morgan Sullivan, brillantemente interpretado por el actor Jeremy Northam, es un sujeto que transcurre por una vida común y corriente, envuelta en esa espiral a la que muchas veces el ser humano se ve sometido por llevarle el pulso a la vida moderna; que no da respiro y que lo sumerge en tareas que lo conducen al aislamiento y a la alienación de su entorno y de sus verdaderas motivaciones, pero cuyo rechazo puede causar un impacto catastrófico para el sistema establecido y para él mismo. Aqui se vuelve realidad la fantasia del sujeto que rompe con una vida monotona y se embarca en una peligrosa misión de espionaje, permitiendo desentrañar al mismo tiempo una serie de mentiras y engaños que no hacen más que demostrar la peligrosa manipulación que algunos siniestros intereses llevan a cabo con las personas, sólo para obtener el viejo y conocido beneficio del poder absoluto. Un lejano referente está en la cinta "Alphaville" de Jean Luc Goddard, donde tambien una especie de mente maestra parece controlar cada uno de los movimientos de la pareja protagonista. Pero en "Cypher" hay una sorpresa final que permite una ingeniosa vuelta de tuerca a la historia, y lo hace con bastante acierto.
Morgan es sometido a una serie de situaciones que lo desconciertan y que lo llevan a cuestionar tanto el sistema para el cual es empleado, como a los sujetos que lo rodean. Pero, muy especialmente, cuestiona su propia identidad, ya que aquellos sueños que solian acosarle parecen adquirir forma y tomar el control de sus pensamientos. La bella Rita, interpretada por la conocida actriz Lucy Liu, se convierte en su guia por éstos desconcertantes caminos, los cuales incluyen delirantes alucinaciones que constituyen el más llamativo efecto visual de la cinta, y tambien frias y hasta opresivas instalaciones que ocultan poderosos secretos.
La estética del film mantiene un toque futurista en aquella ambientación, pero sólo lo suficiente como para reconocer a simple vista aquel futuro como totalmente nuestro, de tal modo que sus intrigas y maquinaciones nos resulten muy cercanas, y por ello mismo, desconcertantes ante ese deshumanizante progreso al cual el mundo es sometido. Natali maneja las situaciones con una maestria de gran director, adecuando los escenarios al progreso de la intriga, de frios colores al inicio, a otros más intensos y sombrios cuando el peligro pisa los talones del protagonista. Además, el director se toma el tiempo necesario para mostrarnos la desesperación y el desconcierto de Morgan, en secuencias como la revelación del lavado de cerebro en la sala de conferencias, los encuentros con la enigmática Rita, el juego de engaños con sus misteriosos empleadores, o aquel momento en una oculta instalación computarizada donde el suspenso se logra en forma magistral en un memorable enfrentamiento con el enemigo, y del mismo modo, en el encuentro con el verdadero Sebastian Rooks. A perdonarle el final, que resulta una concesión al cine de acción más comercial, pero que no desmerece lo logrado por el film en su conjunto. Ademas de que no está nada mal la explosiva secuencia.
El trabajo actoral como ya hemos dicho, es muy destacado. Tanto Jeremy Northam como Lucy Liu cumplen con creces su labor, dando forma a dos personajes que muy facilmente quedan en la memoria del espectador, como todo en ésta pelicula, una gran realización a pesar de su poca distribución, sin duda, producto de intereses tan mezquinos como los villanos de ésta historia.
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