acá el articulo.
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Propóleo: un regalo de las abejas
Por Cristina Orendain
En los años 60s se descubrió que las abejas tienen la capacidad de mantenerse libres de bacterias y virus a diferencia de otros insectos. Y esto se debe a un producto que ellas elaboran que conocemos como propóleo.
Desde los egipcios, el propóleo se usaba para embalsamar los cadáveres de los faraones, hoy, las momias aún se conservan. Cualquier intruso que entre a una colmena de abejas tiene un destino similar, pues ésts lo matan y lo embalsaman con propóleo, para evitar su descomposición. Además, para protegerse de las corrientes de aire, utilizan el propóleo para cerrar cualquier grieta que se forma en el interior de la colmena. Ayuda a aumentar la resistencia de sus paredes y forman obstáculos con el propóleo para que mariposas u otros insectos no puedan entrar. Sirve también como amortiguador, al controlar las vibraciones de los panales, cuando las colmenas están sobre los árboles. Y por último, pero no menos importante, el propóleo se utiliza como desinfectante de cada celda de cría de la colmena, para que tenga un ambiente sumamente estéril.
El propóleo es una sustancia resinosa de color pardo, amarillo verdoso y sabor amargo que las abejas sintetizan a través de las resinas vegetales. Su composición principal son ceras, aceites esenciales y residuos de polen.
Se han encontrado más de 160 componentes en el propóleo, como flavonoides, polisacaridos, vitaminas y minerales; la composición puede variar de acuerdo a la región geográfica y la flora con la que cuenten las abejas.
El propóleo contiene tanto minerales muy conocidos por la mayoría como son calcio, hierro, magnesio, manganeso, zinc y cobre. Pero también nos aportan otros micro-nutrientes, como el cobalto, aluminio, bario, bismuto, estroncio, plata, níquel, silicio, etc. Éstos, también en su estado orgánico, juegan un papel muy importante en nuestra salud. Un ejemplo es el silicio, que ayuda para la formación del colágeno de los huesos y del tejido conectivo. Al igual que el zinc, participa en mejorar la absorción del calcio. El vanadio es otro mineral poco conocido que desempeña un papel importante en el crecimiento y la reproducción, así como ayuda a inhibir la síntesis de colesterol.
Y en cuanto a vitaminas nos aporta, vitamina A, B1, B2, B3, B5, B6, C Y E.
Las propiedades atribuidas al propóleo son numerosas, entre las más importantes, su función antibacterial, que también ayuda a matar hongos e incluso virus, sin que estas formen resistencia a él; es también un gran antioxidante con propiedades anti-inflamatorias, antisépticas y cicatrizantes. Además es un estimulante, capaz de mejorar la actividad del plasma sanguíneo y favorecer la formación de anticuerpos. En la digestión nos ayuda controlando la producción de los ácidos gástricos, pero sin altera el pH del estómago, ejerciendo también, una acción anti-ulcerosa.
Sólo se necesitan de 5 a 10 gotas, de preferencia, diluidas en agua, para obtener sus beneficios, la frecuencia y la cantidad puede variar según sea el caso.
Desde los egipcios, el propóleo se usaba para embalsamar los cadáveres de los faraones, hoy, las momias aún se conservan. Cualquier intruso que entre a una colmena de abejas tiene un destino similar, pues ésts lo matan y lo embalsaman con propóleo, para evitar su descomposición. Además, para protegerse de las corrientes de aire, utilizan el propóleo para cerrar cualquier grieta que se forma en el interior de la colmena. Ayuda a aumentar la resistencia de sus paredes y forman obstáculos con el propóleo para que mariposas u otros insectos no puedan entrar. Sirve también como amortiguador, al controlar las vibraciones de los panales, cuando las colmenas están sobre los árboles. Y por último, pero no menos importante, el propóleo se utiliza como desinfectante de cada celda de cría de la colmena, para que tenga un ambiente sumamente estéril.
El propóleo es una sustancia resinosa de color pardo, amarillo verdoso y sabor amargo que las abejas sintetizan a través de las resinas vegetales. Su composición principal son ceras, aceites esenciales y residuos de polen.
Se han encontrado más de 160 componentes en el propóleo, como flavonoides, polisacaridos, vitaminas y minerales; la composición puede variar de acuerdo a la región geográfica y la flora con la que cuenten las abejas.
El propóleo contiene tanto minerales muy conocidos por la mayoría como son calcio, hierro, magnesio, manganeso, zinc y cobre. Pero también nos aportan otros micro-nutrientes, como el cobalto, aluminio, bario, bismuto, estroncio, plata, níquel, silicio, etc. Éstos, también en su estado orgánico, juegan un papel muy importante en nuestra salud. Un ejemplo es el silicio, que ayuda para la formación del colágeno de los huesos y del tejido conectivo. Al igual que el zinc, participa en mejorar la absorción del calcio. El vanadio es otro mineral poco conocido que desempeña un papel importante en el crecimiento y la reproducción, así como ayuda a inhibir la síntesis de colesterol.
Y en cuanto a vitaminas nos aporta, vitamina A, B1, B2, B3, B5, B6, C Y E.
Las propiedades atribuidas al propóleo son numerosas, entre las más importantes, su función antibacterial, que también ayuda a matar hongos e incluso virus, sin que estas formen resistencia a él; es también un gran antioxidante con propiedades anti-inflamatorias, antisépticas y cicatrizantes. Además es un estimulante, capaz de mejorar la actividad del plasma sanguíneo y favorecer la formación de anticuerpos. En la digestión nos ayuda controlando la producción de los ácidos gástricos, pero sin altera el pH del estómago, ejerciendo también, una acción anti-ulcerosa.
Sólo se necesitan de 5 a 10 gotas, de preferencia, diluidas en agua, para obtener sus beneficios, la frecuencia y la cantidad puede variar según sea el caso.
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