Moda Minifalda
Moda
Minifalda
La historia de los 34 centímetros que transformaron la sensualidad de la mujer para siempre.
Eran los años de la libertad, la rebeldía y los sueños. Eran los sesenta. Mary Quant vivía en Londres en el momento justo y estaba a la altura de su época. Empezó vendiendo ropa de otros diseñadores, y cuando se cansó de buscar sin fortuna lo que le gustaba, lanzó su propia marca. Simple, colorida, desestructurada y en franco contraste con la tendencia inglesa del momento.
Su máxima creación llegaría en el verano de 1964. Le bastaron sólo treinta y cuatro centímetros para romper todos los moldes y quedar en la historia de la moda para siempre. Sobre la pasarela, sus modelos revelaron las piernas al límite con diminutas minifaldas nunca vistas hasta el momento. Los aplausos y los discursos de rechazo (y horror) se hicieron escuchar inmediatamente. Cuando Brigitte Bardot, Twiggy y Jane fonda adoptaron las diminutas falditas en sus apariciones públicas, las desaprobaciones cedieron y la mini se transformó en un suceso indiscutido.
Quant tuvo mucho éxito en Londres, París, Tokio, Nueva York y Japón. Es una de las pocas diseñadoras británicas que fue condecorada por la reina Isabel II de Inglaterra. En 1966 recibió la Orden del Imperio Británico (un grado superior del que la soberana entregó a los Beatles), y la recibió, por supuesto en minifalda.
Desde aquellos años es un símbolo de sensualidad único, que trasciende estilos y décadas. Un arma para las mujeres y un desvelo para los hombres.
Fuente: La Revista de Susana.
Su máxima creación llegaría en el verano de 1964. Le bastaron sólo treinta y cuatro centímetros para romper todos los moldes y quedar en la historia de la moda para siempre. Sobre la pasarela, sus modelos revelaron las piernas al límite con diminutas minifaldas nunca vistas hasta el momento. Los aplausos y los discursos de rechazo (y horror) se hicieron escuchar inmediatamente. Cuando Brigitte Bardot, Twiggy y Jane fonda adoptaron las diminutas falditas en sus apariciones públicas, las desaprobaciones cedieron y la mini se transformó en un suceso indiscutido.
Quant tuvo mucho éxito en Londres, París, Tokio, Nueva York y Japón. Es una de las pocas diseñadoras británicas que fue condecorada por la reina Isabel II de Inglaterra. En 1966 recibió la Orden del Imperio Británico (un grado superior del que la soberana entregó a los Beatles), y la recibió, por supuesto en minifalda.
Desde aquellos años es un símbolo de sensualidad único, que trasciende estilos y décadas. Un arma para las mujeres y un desvelo para los hombres.
Fuente: La Revista de Susana.
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