Saturday, September 24, 2011

Red State (2011)


"Red State" es la vuelta al tipo de pelicula que podria llamarse "de asedio" pero en sentido inverso, tal como lo hizo Rob Zombie en su buen film "Los renegados del diablo", o John Carpenter en el telefilme "Pro-life", es decir, son los malos quienes resultan asediados por las fuerzas del orden. En este caso, el director Kevin Smith sorprende tras una serie de titulos en la comedia norteamericana, desde las divertidas y noventísimas "Clerks", "Mallrats" o "Jay y Silencioso Bob contraatacan" o hasta la interesantisima "Dogma".

Sin embargo, en la pasada década le perdí completamente el respeto ignorando sus peliculas, como "Clerks 2", "Jersey girl", o "Hagamos una porno", principalmente por las opiniones negativas encontradas en la web. Mal hecho, sin duda. De todos modos, resalto que, en mi opinión y sobre lo visto, su mejor obra a la fecha es "Chasing Amy", film del año 1997 donde lograba una buena comedia romántica, con un guión más trabajado y una mejor dirección de actores, a diferencia de su usual comedia relajada e irreverente (lo único a lo que solía hacer reverencia Smith era a "Star Wars", "Tiburón" y a John Hughes). Con todo ello, reconocemos a Kevin Smith como un director a seguir, tanto por su filmografía tan personalista, lo cual es de agradecer, como por sus interesantes ideas y declaraciones que lo convierten en todo un personaje.

Este año encontramos su nuevo trabajo el cual llamó la atención de las webs especializadas al tratarse de su primera aproximación al género del terror, según se anunciaba. Tras la expectativa, y una vez visto el resultado podemos asegurar que, aún sin ser lo que esperábamos, se trata de un trabajo muy digno: una historia con altas dosis de violencia desarrollada con un buen manejo de espacios, una interesante construccion de personajes gracias a su guión, y una dinámica visual que ignorabamos el director pudiera aplicar alguna vez.

"Red State" es la historia de una tensa situación surgida en una pequeña comunidad norteamericana donde se halla un grupo seudo-religioso liderados por Abin Cooper, un hombre mayor de buenos modales y verbo curtido, pero con siniestros propósitos. Su odio hacia el mundo exterior conduce al cerrado entorno que alberga en su parroquia, un pequeño grupo de sencillas familias, hacia la discriminación, el fanatismo ciego, el secuestro y la maldad pura, traducida en crueles torturas y asesinatos de sus cautivos.


Si bien no se trata de una historia que brinde originalidad, cosa que hoy en dia resulta muy complicado, la narración llevada a cabo por el director resulta muy ágil, aún prescindiendo de música incidental alguna. Eso se debe a la forma en que Smith desarrolla una historia de violencia cruda, con una primera parte donde el director se aproxima al cine de torturas dando una pequeña muestra la cual permite crear una tensión inicial en la que apreciamos la insania reinante al interior de unas cuatro paredes, pasando luego hacia un nudo central donde los hechos se resuelven a punta de fogoneo imparable.

Sin embargo, es de notar que el carácter terrorífico al cual se apunta en un inicio queda diluído en favor de una mayor dosis de violencia urbana; por ello cualquier espera de litros de hemoglobina queda cancelada. Smith no ingresa al pleno derramamiento de sangre y carniceria gore, pues prefiere proyectar una violencia menos efectista y por el contrario más realista, de golpes secos y tiroteos apabullantes; el horror que esperábamos existe dentro del relato, pero sobretodo en la mente de los miembros de aquella secta, en su desequilibrio y en la frialdad de su menosprecio a la vida de los otros. Probablemente algo más de crueldad hubiese hecho de este film la obra de terror que muchos esperábamos, por lo cual esto queda en un deseo algo contenido.


De otro lado, bajo esa estimulante energia descargada subyacen en el film los temas recurrentes en la obra de Kevin Smith, como son la discriminación hacia la homosexualidad, motivo de bromas pero tambien de trato serio en su filmografía, y tambien el tema de la religiosidad como fuente de diversos cuestionamientos, siendo el catolicismo el blanco de mira en "Dogma", aquí en "Red State" el director se ocupa del fanatismo religioso sectario llevado a su expresión más terrible, tal como ocurrió en los hechos reales en Waco, Texas, con los Davidianos en 1993, o en Guyana en el año 1978 (edit.: me entero que la mayor referencia es la extremista Westboro Baptist Church) . Otro aspecto entra a tallar dentro del relato, y es el deformado juicio de las autoridades para hacer frente a la crisis, como un efecto post 11 de setiembre. Las órdenes ejecutivas que ponen en peligro al reducido efectivo policial lo divide entre la obediencia al mandato frente al sentido de lo correcto, el cual se siente acorralado en medio de dos bandos incomprensibles.

Los rostros de los protagonistas cobran vida en las sólidas interpretaciones de sus actores principales: Michael Parks, veterano actor cuya trayectoria tuvo inicios en la televisión en los años 60`s y 70`s, y luego en teleseries como "Los Colby" y en la enigmática "Twin Peaks". Desde mediados de los años 90`s es reconocible como frecuente actor de reparto en las producciones de la dupla conformada por Robert Rodriguez y Quentin Tarantino; a la fecha se anota en el nuevo trabajo de Ben Affleck como director, para el film "Argo". En "Red State" Parks encarna en forma magistral a Abin Cooper, el lider religioso y encarnación del mal disfrazado de amable anciano. El actor luce un histrionismo perfecto, tanto sobre el remedo de púlpito como al frente de su pequeño ejército.

A John Goodman se le puede reconocer inmediatamente gracias a su larga y exitosa carrera en la televisión y el cine norteamericano. Asiduo participante en la filmografía de los hermanos Cohen, Goodman es un actor que resulta versátil tanto en la comedia como en el drama más serio, pòr ello su trabajo en el film como el jefe de policia Keenan al frente de la crisis resulta totalmente convincente.

En contra de esta simpática historia de horror hacemos el reclamo por un epílogo explicativo que resulta casi redundante y que recurre al topicazo de la pésima intervención federal, sin duda un resultado del afán dialoguista de su director. Esto opaca en algo la resolución propuesta por Smith a la crisis desatada: algo tan desconcertante como inesperado, con lo cual poco faltó para convertir este film en uno de los más extraños que se hayan visto en mucho tiempo. Lástima, pero aun así, aplausos.

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