Wednesday, December 14, 2011

La Adicción (1995)




Titulo original: The Addiction (USA)


Para el director Abel Ferrara las calles neoyorquinas pueden ser extremadamente peligrosas. Y si bien esto no es algo que no sepamos, el asunto es que en su mundo un peatón no sólo puede toparse en una esquina cualquiera con asesinos, violadores o tenientes corruptos, sino inclusive con alguna vampiresa de buen ver y sedienta de sangre. Hecho insólito que le ocurrió a la frágil Kathy (Lily Taylor), a su salida de clase de un curso de filosofía contemporánea. Total surrealismo.

Nacido en 1951, de origen italo-irlandés, Abel Ferrara tuvo una formación básicamente católica en una escuela ubicada en el Bronx neoyorquino. Inició su carrera fílmica a temprana edad, lo cual le ha permitido desarrollar una filmografía extensa y de contenido diverso. Cada uno de sus filmes màs reconocidos pertenecen a distintos géneros cinematográficos, evidenciando el interés del realizador de plasmar su visión personal en cada uno de ellos. Asi tenemos sus clásicos "Driller killer", "Mrs 45", "King of N.Y.", "China girl", ""The funeral", "Body snatchers", "New Rose Hotel", hasta su reciente "Mary". Como es lógico, estas propuestas han ganado tanto la aprobación como el rechazo a ellas, y es que hay que admitir que en ocasiones ese interés se le va de las manos como es la impresión que me dejó "New Rose Hotel" o lo que suele decirse de "Blackout". De todos modos, Ferrara ha logrado distinguirse dentro del cine contemporáneo con su personal obra, siempre cuestionadora respecto de la naturaleza humana y la esencia de sus deseos.



La cinta "The addiction" es una obra singular en la especial filmografía de su director, la cual ha recorrido casi todos los géneros, como la pornografia, el gore, el rape-and-revenge, el thriller, el film-noir, la ciencia ficción y el terror. En este caso, el vampirismo es tocado muy a su manera, como un viaje personal de su protagonista por unos quintos infiernos, caída de gracia tras un hecho traumatizante, iniciando de este modo un recorrido del cual, como suele ocurrir en los relatos de Ferrara, no hay marcha atras.

Kathy Conklin es una inquieta estudiante que se encuentra elaborando su tesis final para obtener su doctorado en filosofía. La esencia del ser humano y su impacto en los demás son cuestiones que forman parte de sus preocupaciones e interrogantes, las cuales considera que la distinguen de la manada de vagabundos y pandilleros que pueblan las calles de su barrio. Sin embargo, esta visión se ve alterada por el asalto de la violencia de un modo único. En cierta noche, una misteriosa mujer la aborda en plena calle y la conduce por la fuerza al interior de un callejón, donde se revela como una seductora vampiresa. Aqui apreciamos que esta criatura de la noche procede de un modo peculiar, pues antes del consabido mordisco en la yugular propone a su victima que la rechace con toda su alma; el desconcierto se apodera de Kathy quien parece vacilar ante su atacante, por lo cual la vampiresa arremete con su voraz sed de sangre, dejando infectada a la jóven con la maldición del no-muerto.


Ferrara nos cuenta esta historia en imágenes a puro blanco y negro, en lo que parece el largo transcurrir de una noche para su protagonista, donde puede observarse cómo el pleno dia empieza a menguar paulatinamente mientras transcurre el relato, pues cual digna descendiente del vampiro clásico Kathy se sentirá cada vez más afectada por los rayos solares. La noche en la ciudad será cómplice de sus peripecias cuando descubre su irrefrenable apetito por la sangre. El director mantiene un tono taciturno y meláncolico en su narración como reflejo de la soledad en la que vive esta jóven. Una vez que asume su nueva condición, ella encuentra la forma de llenar esos vacios de un modo que antes no se hubiese atrevido. Su interrogante acerca de la existencia adquiere una nueva dimensión al tomar conciencia de la extraña naturaleza de la adicción: una condicion intrínseca al ser humano, pues a lo largo de nuestra vida llegamos a ser adictos a distintas cosas. Y la más fuerte y dramática de todas es sin duda la adicción al pecado. La naturaleza humana, se entiende, es adicta al mal, y las pruebas están en la historia, en la muerte de millones de inocentes a lo largo de numerosas guerras, plagas y pobreza extrema. Por ello, el apetito por la sangre esta plenamente justificado, pues como asegura uno de los vampiros de esta historia, ellos "no son más que rapiñas en medio de un enorme cementerio". La sangre, el pecado, ¿cuál es la diferencia?. Tambien podemos ser muertos en vida, en busca de redención.

Esto, que para nosotros es la idea medular de la historia, transcurre en medio de distintas situaciones filmadas al más puro estilo del cine independiente noventero, de una correcta fotografía en blanco y negro, y de una cámara que se aproxima a sus protagonistas dejando en claro muchos detalles, hasta en sus momentos de mayor flaqueza. Por su parte, la actriz Lily Taylor realiza un interesante trabajo, muy expresivo en sus cambios de conducta. Convertida en absoluta protagonista, no obstante deja toda la escena a una breve participación del gran actor Christopher Walken como un vampiro mentor para la jóven vampiresa, quien le revela verdades acerca de su extraña existencia. Tambien destacan la aparición de la actriz Anabella Sciorra como la vampiresa causante de todo el sufrimiento, y la participación de la actriz Eddie Falco, hoy protagonista de la reconocida serie "Nurse Jackie".



El tono taciturno y la sofisticación que el director otorga a su relato, con sus diálogos y su tratamiento estético, no impiden que el film pueda mostrar momentos de pura violencia, como son los asaltos de la vampiresa sobre sus victimas, esto en un modo realista, como si se tratase de un documental, hasta alcanzar un climax el cual es toda una orgía vampirica que recuerda el final de masacre en "Mrs 45".

Los villanos de Ferrara suelen convertirse en una suerte perversa de anti-héroes, pues su conducta expone las debilidades de un mundo decadente, y lo enfrentan, aunque con ello desaten una ciega violencia; al final, tras padecer el dolor de la culpa, ellos aprenden una lección moral que redefine sus vidas obteniendo el tan ansiado perdón y la limpieza del alma. Tal cual lo alcanza nuestra protagonista, caminando en medio de las tumbas.

No comments:

Post a Comment